Las tablas de acero inoxidable son altamente duraderas y resistentes a las bacterias, lo que las hace más higiénicas y fáciles de limpiar. A diferencia de las tablas de madera o plástico, no absorben líquidos ni olores, y son menos propensas a acumular bacterias.
Además, no se desgastan con el tiempo como las de plástico, y no se astillan ni se rayan con facilidad.